Carmen Ferragut, la operación que cambió mi vida

Carmen Ferragut arrastraba problemas en su rodilla desde hace 15 años. En un principio se sometió a dos operaciones que le permitieron seguir jugando a pádel diariamente. Pero hace unos meses su rodilla volvió a fallar.

Asegura que: “en menos de un mes había perdido movilidad, no conseguía estirar la pierna hacia atrás y empezaba a tener dificultades para acciones tan cotidianas como entrar en el coche, conducir o caminar”. A sus 39 años, Carmen tenía claro que no se quería despedir del deporte, ni tener que renunciar a su actual ritmo de vida. Por eso consultó sobre las distintas opciones. Carmen recuerda: “me recomendaron operarme fuera de la isla y me informaron de la complejidad de esta intervención que tan solo practican una decena de especialistas en el mundo.

A medida que me fui informado conocí al Dr. Camprodón. Enseguida me dio la confianza y la seguridad de que el trasplante sería la solución, que todo iría bien. Y así fue”.

En poco tiempo se encontró un menisco compatible con la rodilla de Carmen y se le trasplantó a finales de diciembre (2012). En palabras de Carmen: “la operación fue bien y los dolores fueron prácticamente cero, tan solo algunas molestias propias de la operación. Además desde el primer día podía mover la pierna”.

Tras la operación, el menisco necesita de 6 meses para su completa integración, aunque una vez trascurrido un mes se inicia la rehabilitación. Esta joven paciente relata: “ya sé que la recuperación es gradual aunque ya camino perfectamente, conduzco y he empezado a practicar deporte. Hace tres meses me subía a la bici de rehabilitación y no era capaz de terminar la pedalada, ahora ya lo he conseguido. También practico aquagym y espero muy pronto, volver a conducir mi moto”. A la pregunta de si recomendaría esta intervención, Carmen no lo duda: “Por supuesto. En mi caso he vivido un antes y un después, todo son ventajas. En pocas semanas me di cuenta que el problema en mi rodilla me estaba limitando mucho, me consideraba como una inválida. Pero gracias a la intervención del Dr. Camprodón mi vida ha mejorado”.