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Fracturas

Llamamos fractura a la rotura de un hueso. Hay muchos tipos de fracturas. Los huesos sanos son muy fuertes y capaces de soportar grandes fuerzas, pero sometidos a una fuerza excesiva pueden fracturarse.
La reparación empieza justo después de la fractura, cuando las células desencadenan una serie de procesos de regeneración, que deben ser supervisados y dirigidos para que la curación sea la adecuada.

El hueso puede tardar en sanar entre unas semanas y unos meses, según el tipo de fractura, donde está y si se trata de una fractura abierta o cerrada. Es importante mantener la salud de los huesos mediante una buena alimentación, ejercicio y dosis reparadoras de luz solar.

Qué es una fractura?

Una fractura es una ruptura o una pérdida de continuidad de un hueso. Se produce por un traumatismo, un golpe directo o indirecto, como una torsión, un arrancamiento (si se hace fuerza sobre la inserción de un tendón), o bien por fatiga (si se hace fuerza sobre el hueso de forma prolongada e intermitente). Decimos que una fractura es abierta si el hueso roto rompe la piel y hay herida. Si no hay herida ni rotura de la piel ni daña ningún tejido circundante, se llama fractura simple o cerrada. Asimismo, las fracturas pueden ser parciales o totales. Cuando la fractura es incompleta, y los fragmentos no se separan, se denomina fisura. 

Causas

Las fracturas suelen ser resultado de accidentes, caídas o lesiones deportivas. También pueden estar causadas por enfermedades como la osteoporosis, que debilita los huesos o por la pérdida de masa ósea.

Síntomas

Los síntomas de una fractura pueden incluir:

  • Dolor intenso.
  • Inflamación
  • Hematomas, moretones en la piel o decoloración alrededor de los huesos o las articulaciones.
  • La extremidad afectada está doblada en un ángulo inusual.
  • Hemorragia, si se trata de una fractura abierta.
  • Entumecimiento y hormigueo.
  • Incapacidad para mover o soportar el peso del cuerpo sobre la extremidad afectada.
  • Sensación o sonido chirriante en el hueso o en la articulación.

Cuando alguien se fractura un hueso puede ponerse pálido y marearse debido al dolor.

¿Qué hacer?

Ante una fractura, es necesario buscar ayuda médica de inmediato. Es posible que la fractura se deba enyesar o se le deba aplicar una férula. En ocasiones se debe emplear la cirugía para colocar placas, clavos o tornillos con el fin de mantener el hueso en su lugar.

A menos que sea absolutamente necesario, no se debe mover a una persona con una extremidad fracturada, hasta que un profesional sanitario la haya inmovilizado.  

Diagnóstico

Las fracturas se diagnostican mediante un examen físico a través del cual el médico evalúa el estado general de la persona y el alcance de la lesión.

En general, el diagnóstico se confirma mediante radiografía, que proporciona imágenes claras del hueso y muestra si está roto o no, dónde está exactamente la fractura y de qué tipo es.

También puede ser necesaria una resonancia magnética o una tomografía.

Tratamientos


El tratamiento de una fractura varía mucho según el tipo de fractura, su localización, el grado de desplazamiento del hueso y el estado general del paciente.  Pero sea como sea la fractura, siempre hay que volver a poner el hueso en su lugar y evitar que se mueva hasta que sane. La recolocación del hueso en su sitio puede precisar anestesia y también cirugía.

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Inmovilización

Después de colocar el hueso en su lugar, los extremos deben inmovilizarse para que se suelden en la posición correcta.

Para la inmovilización se puede emplear:

  • Yesos u ortesis (que son dispositivos externos que, en este caso, inmovilizan las fracturas hasta que sanen).
  • Placas y tornillos metálicos, mediante técnicas mínimamente invasivas.
  • Clavos intramedulares (que son varillas de acero internas) en el centro de los huesos largos, como el fémur y la tibia.
  • Fijadores externos, dispositivos metálicos o de fibra de carbono que parecen andamios alrededor del cuerpo y sujetan directamente el hueso a través de la piel.

La inmovilización dura entre dos y ocho semanas, dependiendo de la médula ósea y las complicaciones que puedan producirse.

  • La mayoría de fracturas se curan con éxito una vez el hueso se ha colocado en su lugar correctamente y se inmoviliza.
  • En ocasiones, cuando el hueso se ha curado se necesita fisioterapia para recuperar la fuerza de los músculos y devolver la movilidad.
  • Cuando los huesos no se curan o tardan en sanar, se puede utilizar la terapia de ultrasonidos. Se aplica el ultrasonido de baja intensidad en la zona de la fractura.
  • Si las fracturas no sanan, a veces es necesario un injerto de hueso.

 

Recuperación

El proceso de curación de una fractura requiere tiempo, descanso y es recomendable una buena alimentación. Las fracturas tardan un tiempo en curar según donde esté roto el hueso y lo severa que sea la fractura.

Durante su recuperación la zona afectada suele perder fuerza muscular. El doctor le recomendará ejercicios específicos para recuperar la fuerza muscular, la flexibilidad y la movilidad de la articulación.

Prevención


La pérdida de densidad de los huesos forma parte del proceso natural de envejecimiento.  A partir de los 40, los huesos empiezan a perder densidad  y las probabilidades de que se produzca una fractura aumentan.

La salud de los huesos viene determinada en gran medida por la genética, pero también por otros factores como la alimentación, el ejercicio, el consumo de alcohol, el peso corporal y el tabaquismo.

Importancia de la alimentación


Una dieta rica en calcio es importante para mantener los huesos sanos. Las fuentes de calcio son: la leche, el queso, el yogur y las verduras. La vitamina D, que se encuentra en los huevos y los pescados grasos, ayuda al cuerpo a absorber el calcio.

Ejercicio físico


Los huesos se hacen más fuertes y más densos si se realiza ejercicio físico con regularidad.

Es particularmente importante que las personas mayores se mantengan activas, para ayudar a reducir el riesgo de fracturas.

La luz del sol fomenta la formación de la vitamina D en la piel, que es necesaria para mantener la salud de los huesos.

Durante la menopausia


Después de la menopausia, las mujeres producen menos estrógenos (que son las hormonas femeninas que regulan el uso de calcio).

Es muy importante que las mujeres fortalezcan sus huesos antes de la menopausia.

Después de la menopausia, el riesgo de sufrir osteoporosis se puede reducir si:

  • se practican sesiones cortas y frecuentes de ejercicios con pesas,
  • se deja de fumar,
  • se modera el consumo de alcohol
  • se toma el sol con moderación
  • se come alimentos ricos en calcio, que se encuentra en verduras como el brócoli y los guisantes y productos lácteos como la leche, el queso y el yogur.

Consulte a su médico sobre la conveniencia de tomar un suplemento de calcio adicional.

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