Tumores
Un tumor es un crecimiento anormal del tejido corporal. Los tumores ocurren cuando las células se dividen excesivamente en el cuerpo. Pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos). Un tumor no significa cáncer.
El pronóstico de los pacientes con tumores que afectan a los huesos y a partes blandas del sistema locomotor ha mejorado de forma muy importante en los últimos tiempos, gracias al desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos de quimioterapia y a los avances de la cirugía ortopédica oncológica.
Síntomas
Los síntomas dependen del tipo y la localización del tumor. El síntoma más común del cáncer de hueso es el dolor, aunque pueden aparecer otros síntomas en función de la localización y el tamaño del cáncer. Es raro que un cáncer empiece su desarrollo desde el hueso, es más frecuente que el cáncer se haya diseminado al hueso desde otras partes del cuerpo.
Comparados con otros tipos de neoplasias malignas, los sarcomas de partes blandas son tumores relativamente raros y no suelen causar dolor. Por este motivo, su diagnóstico y el tratamiento de los mismos se ve con frecuencia retrasado. Se detectan a menudo después de traumatismos leves en el área de origen, que han dirigido la atención hacia aquella zona (el golpe no ha sido la causa de su origen). La aparición de un bulto que no desaparece tiempo después de un traumatismo es el motivo habitual de consulta médica inicial de los pacientes con sarcomas.
Diagnóstico
El médico realizará la historia clínica del paciente y procederá a un examen físico exhaustivo, a continuación se realizará un estudio de la masa mediante técnicas de imagen: bien mediante placas radiológicas convencionales, que permitirán determinar si existe afectación ósea, o bien mediante resonancia magnética. Con la información obtenida en estas pruebas, se valorará la realización de una biopsia.
Tratamiento
El tratamiento de los tumores del sistema músculoesquelético dependerá, entre otros factores, de si se trata de un tumor benigno o maligno, de su localización y de la edad del paciente.
La cirugía suele ser el tratamiento habitual junto a la quimioterapia y la radioterapia. El avance de las técnicas de tratamiento quirúrgico permite realizar en la actualidad cirugías de preservación de los miembros, lo más conservadoras posible, con buenos resultados a corto y largo plazo.
La amputación del miembro afectado por el tumor, que fue la técnica empleada en los pacientes ortopédico-oncológicos durante muchísimo tiempo, ya no se realiza en un alto número de casos.
En su lugar, ha ganado protagonismo la cirugía de preservación de la extremidad. Gracias al desarrollo de los métodos de diagnóstico que permiten delimitar la extensión del tumor y al empleo de trasplantes óseos, prótesis tumorales o combinaciones de ambos, se consigue un control tumoral conservando una gran funcionalidad en el paciente.
El porcentaje de mortalidad de este tipo de tumores ha mejorado de una forma espectacular en las dos últimas décadas.
El tratamiento multidisciplinar de la patología tumoral del sistema músculo esquelético es imprescindible, el cirujano ortopédico en estrecha colaboración con los demás especialistas, juega un papel sustancial en el equipo. Dado que el cáncer de hueso puede volver después del tratamiento, es importante que se realicen visitas regulares de seguimiento